Andrea Bloom quiere conseguir su sueño: convertirse en chef profesional y abrir su propio restaurante. Un programa de televisión, Supreme chef, le dará la oportunidad de su vida: un curso de cocina en The Culinary Institute of America y la estancia durante un mes en la cocina de uno de los jueces del concurso.
Prometida a Samuel y a punto de casarse con él, Andrea congela sus planes de boda y se marcha a Italia para cocinar al lado de uno de los más grandes: Luca Graziani, el cocinero italiano superestrella de la televisión, juez del programa y propietario de varios restaurantes repartidos por el mundo. Él será el encargado de completar la formación culinaria de Andrea durante ese mes.
Petulante, engreído y déspota, cocinar a su lado se convierte en un suplicio para ella y pronto surge la animadversión. Una antipatía mutua que marcará las vidas de ambos, una relación tormentosa que se convertirá en obsesión.
Dicen que del amor al odio hay solo un paso y ocurre también en cocina que, a veces, de la combinación de los ingredientes más extraños se obtienen los mejores sabores, tan maravillosos que pueden poner en jaque corazones congelados, sueños y bodas. ¿Volverá a ser Andrea la misma después de esta experiencia?
¡Loc@s del Romance, ya estáis aquí! Venid y poner@s comod@s y estar
atentos, pues hoy os traigo una delicia. Si os llega el olor a especias o de repente descubrís que ya no estamos en mi rincón, sino en Roma, en un campo de viñedos, más bien entre una los fogones de un gran restaurante, no os preocupeis, todo tiene un porqué y ahora os lo voy a contar.
Resulta que Andrea Acosta por fin sacó algo nuevo, lo cierto es que estaba atra´s de esta autora y en cuanto me enteré de la noticia, corrí con desesperación a hacerme con esta obra: Panna Cotta.
Me conocéis demasiado bien para saber que no pierdo el tiempo estudiando lo detallando la portada, pero lo cierto es que me encantó y tiene mucho que ver
con la obra (si es entre fogones pero más con la chica que tenemos).
Lo primero que me llamó la atención de este pequeñajo es que realmente vamos a sentir que estamos en la cocina. Olores, sensaciones incluso el estrés de estar ahí dentro en toda la acción la vamos a vivir y ya que vivimos, también vamos a descubrir, a odiar y amar una relación que nace entre cuchillos, salsas y Panna Cotta.
Antes de pensar que me estoy volviendo loca, de verdad, os prometo que me pude meter tanto en la historia que en serio, cuando digo que me llegaban los olores, es cierto. Aquí vamos a tener a dos personajes antagónicos. Andrea es dicharachera, alegra y demasiado femenina. Una chica que tiene un sueño y está dispuesta a todo por lograrlo, su gran corazón te hace quererla y quizá es
la dulzura lo que despierta la animadversión de cierto chef de pacotilla.
Me fiero a Luca. Este hombre que de primera instancia nos va a parecer odioso, lo digo en serio, quería darle un sartenazo, lo cierto es que nos va a conquistar poco a poco. Es un tipo gruñón, exigente, un déspota pero a la vez un gran maestro. ¿Alguna vez tuvieron a ese clásico profesor que nada bueno encontraba en vuestros trabajos? ¿Verdad que es el que os enseñó mejor? Pues algo así es Luca, que en el fondo vamos a encontrar un hombre tierno, enamorado de su profesión pero con ganas de verdad de amar, de encontrar ese amor que lo transforme.
La pareja embauca. Así como pueden llegar a odiarse, que además veremos ese odio casi desde el inicio del libro, vamos que no es un instan love, vamos a ver una conquista que se cuece en una aventura, descubriendo en Andrea a una mujer descarada y audaz y a Luca un amante, un amigo, simplemente un hombre enamorado.
Panna Cotta me conquistó, no solo por la maravillosa historia de amor, a la
que por cierto, veía en mi cabeza como esas películas románticas que tanto nos gustan, con un final que me emocionó un montón y me hizo suspirar. Es que además pude apreciar el vivir dentro de una cocina muy italiana saboreando cada platillo.
Andrea Acosta nuevamente me ha embaucado con su maravillosa y sensual pluma. Realmente mis expectativas quedaron bien cubiertas y dejándome con ganas de más. Quizá si tuviese que encontrar una pega son los pies de página que encontré y que si bien no me molestaron creo que bien se podrían haber omitido, sin embargo eso no afectó mi lectura, yo la disfrute de principio a fin. ¡Feliz lectura!