Muy buenas noches Loc@s del Romance. ¡Ya uno de nuestros momentos más
esperados! Y yo la verdad es que me siento hasta nerviosa, pues tenemos una
cita con una pluma que muy joven ya ha dado pasos que hace que tiemble el mundo
literario y recemos porque lo siga haciendo, pues ese talento hay que
tenerlo
vivo.
Voy a
abreviar ya la presentación, aunque seguro que no la necesita, ella es:
Victoria Álvarez.
L.R.
Victoria, antes que nada, debo decirte que nos sentimos emocionadas y hasta
nerviosas por tenerte con nosotras.
Si alguna de
nuestras preguntas te incomoda, siéntete libre de pasarla por alto y
disculparnos.
Aclarados
estos puntos y agradeciéndote tu presencia en este pequeño rincón nuestro del
ciberespacio, comenzamos (con tu permiso) la entrevista.
Antes de
comenzar directamente friéndote a preguntas sobre tu obra, cuéntanos algo más
sobre ti. Para aquellas que no te conozcan. ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿De
dónde eres? ¿Cómo surgió la idea de tus pseudónimos? ¿Tienen algún significado
especial?
¡Encantada de
estar con vosotras! En realidad, Victoria Álvarez es mi nombre real, no un
pseudónimo. Y he pasado toda mi vida en Salamanca, la ciudad en la que nací.
L.R. Respecto a tus gustos personales, imaginamos que a través de los libros y
de determinados personajes, en muchas ocasiones podemos ver a la mujer que se
oculta tras el pseudónimo y su obra. Pero así entre nosotras, ¿cuál es tu color
favorito? ¿Sueles inspirarte con algún tipo de música específica? ¿Se podría
decir que hay algún grupo concreto o solista que de alguna forma haya influido
o interferido con tu espíritu creador?
Mis colores
favoritos son el azul, el verde y el plateado. Suelo inspirarme con música,
normalmente clásicos del rock y el metal (Alice Cooper, Nightwish, Sonata
Arctica, Within Temptation, etc.), pero no puedo escribir escuchándolos porque
me distraigo.
L.R. ¿Cómo te describirías a ti misma? ¿Qué tres virtudes y qué tres defectos
crees que te definen?
Creo que soy
una persona muy emocional: las cosas buenas me entusiasman y las malas me ponen
muy nerviosa, aunque las penas nunca me duran mucho. Si tuviera que quedarme
con tres virtudes, diría que soy optimista, persistente y resiliente. Y entre
mis defectos están la inseguridad, la mala gestión del
estrés y el excesivo perfeccionismo.
L.R. Una de
las cosas que siempre nos ha llamado la atención de los escritores y que nos
pica la curiosidad (admitámoslo, somos cotillas al máximo), es conocer la
formación que poseen los autores que tanto nos enamoran. ¿Podrías contarnos
algo sobre esto? ¿Qué estudiaste? ¿Dónde te formaste? ¿Has hecho cursos
específicos para escritores o todo es talento natural y trabajo?
Estudié
Historia del Arte en la Universidad de Salamanca, donde me doctoré hace unos
años y donde trabajo ahora mismo como profesora. En cuanto a la escritura
creativa, no he estudiado nada relacionado con ello por falta de tiempo, pero
me habría gustado.
L.R. Hablando sobre tu trabajo de escritora ¿Cuál es el proceso que
sigues para crear estas joyas de la literatura romántica? ¿Qué proceso mental/físico
o extrasensorial tiene lugar para que des a luz a tu obra?
Soy una
escritora de mapa que planifica mucho las novelas. A veces tardo dos o tres
años en llevar a cabo la lectura de la documentación histórica que necesito,
tomando notas de todo y organizando la trama en una escaleta hasta que, cuando
por fin puedo ponerme a escribir, tengo claro qué va a ocurrir en cada capítulo
sin miedo a perderme.
L.R. Trasladémonos ahora a un día en la vida de Victoria Álvarez ¿Cómo
es? ¿A qué hora del día sueles ponerte escribir? ¿Cuántas horas de duro trabajo
supone un día cualquiera? ¿Dedicas todo ese tiempo a escribir o sueles
alternarlo con investigación y algún otro asunto? ¿Qué elementos de tu vida, de
tu alrededor (tangibles o no), suelen servirte de inspiración o cortarla de
raíz?
En realidad,
cada jornada de trabajo es distinta en mi caso porque tengo que compaginar la
escritura con las clases en la universidad, la asistencia a congresos, los
artículos, las tutorías, los exámenes, los trabajos... Trato de escribir, aunque sea una página al día, pero
hay temporadas del año en las que me resulta imposible. Por eso aprovecho al
máximo los períodos de vacaciones para avanzar con las novelas.
L. R. Viajemos al pasado por un momento, a esa primera vez (que tú
recuerdes) con un libro entre tus manos. ¿Qué edad tenías, qué libro era y de
qué forma te marcó? ¿Recuerdas quién te lo dio? ¿A quién echarías la culpa de
tu afición a la lectura y la escritura?
La verdad es
que no me acuerdo de ningún libro concreto, pero sí sé que empecé a leer muy
pronto y que eso siempre me acompañó. Mis padres también son grandes lectores y
en casa siempre dedicábamos mucho tiempo a hablar de lo que leíamos. Mi abuelo,
además, era poeta y mi padre ha escrito novela histórica, así que me viene de
familia.
L.R. Imaginamos que, como escritora, en primer lugar y antes de decantarte por un
género, fuiste ávida lectora de autoras ya consagradas. Dinos ¿alguna autora o
libro te marcó de forma especial, haciéndote decidir escribir? ¿Qué libro es
para ti, a día de hoy, tu principal referente (ese que no puedes parar de
leer)?
Creo que las
novelas que más me han marcado son los clásicos decimonónicos: Oscar Wilde,
Charles Dickens, Victor Hugo, Alexandre Dumas... Mi libro favorito, sin lugar a
dudas, es “El conde de Montecristo”. También me impactó mucho Harry Potter y
todo su universo desde que empecé a leer la saga con quince años.
L. R. Centrémonos ahora en tu trabajo de escritora. Pero antes de decidir publicar
tu primer libro
¿hay algún secreto oscuro en el pasado de Victoria Álvarez? ¿Escribiste
algún artículo para alguna revista, alguna redacción ganadora en el colegio, un
cuento... cualquier cosa? ¿Nos hablarías un poco de ello?
Empecé a
escribir cuentos a los nueve años y novelas a los doce, y a esa edad gané unos
cuantos concursos de escritura, primero en el colegio y luego en el instituto.
L. R. ¿Cómo
se siente una al recibir la noticia de que tu hijo abandona el nido y se va a
una cada editorial? ¿Qué fue lo primero que pensaste?
Es una emoción enorme. Recuerdo que
el email en el que mi primera editora me decía que querían publicar “Hojas de
dedalera” acabó en la bandeja de correo no deseado y estuve a punto de no
leerlo. Luego, cuando ya lo asumí, me eché a llorar a mares. Es un momento del
que nunca me olvidaré.
L. R. ¿Cuál
fue tu primera novela y cómo surgió la idea? ¿Cuánto tardaste en terminarla?
¿Qué personaje resultó más irreverente y te dio más dolores de cabeza? ¿Cuál es
tu escena preferida? ¿Recuerdas el momento en que la escribiste o fue producto
de un intervalo de "éxtasis de escritor"? ¿En qué momento decides
compartir esta con el mundo?
Fue “Hojas de
dedalera”, una novela que narra la vida de una médium en la Inglaterra de
finales del siglo XIX y comienzos del XX. Nació de mi amor por la época
decimonónica, con la que por entonces empezaba a estar familiarizada debido a
que se trata del tema que he abordado en mi tesis doctoral. Tardé unos nueve
meses en acabarla y empezar a moverla por editoriales; actualmente tardo menos
en escribir. No sabría decir cuál es mi escena preferida, pero le tengo mucho
cariño a Annabel, la protagonista.
L. R. Dentro
de tu obra, creemos que merece mención especial tu trilogía Dreaming
Spires. ¿De qué forma surgió la idea? ¿Qué personaje te marcó de forma más
especial? ¿Cuál fue el que más problema te supuso?
De nuevo,
surgió a partir de mi tesis doctoral. Después de dedicar mucho tiempo a
analizar los periódicos del siglo XIX, se me ocurrió crear uno dedicado a los
fenómenos paranormales, una especie de Cuarto Milenio decimonónico, en el que
trabajan tres amigos muy distintos entre sí. Creo que ese fue el mayor reto:
hacer que sus personalidades fueran muy distintas, pero se complementaran adecuadamente. Y si tuviera que
quedarme con un único personaje, lo haría con la señorita Stirling, que empieza
siendo una secundaria en el primer libro, pero después asciende a protagonista.
L. R.
Llegamos a tu libro juvenil, La ciudad de las sombras, con el que
finalmente conseguiste el sueño de ser AUTORA publicada con editorial. Un gran
libro que ya está entre nuestros favoritos. ¿Por qué decidiste que fuese una
temática juvenil? ¿Hay alguna anécdota que nos quisieras compartir de ese
proceso creativo para esta obra?
En realidad,
“La ciudad de las sombras” no es el primer libro que he publicado con una
editorial, sino el sexto. La elección de la temática juvenil se debió a que se
trata de una novela de aventuras ambientada en la India de 1923 y la
protagonista tiene diecisiete años, de modo que me pareció que lo más lógico
era orientarla a lectores jóvenes.
L. R. Una de
las cosas que nos sorprende de tus libros y especialmente de este, es el largo
trabajo de documentación que tiene detrás. ¿Resultó muy difícil realizar el
trabajo de investigación para este libro específico? ¿Está basado de alguna
manera el mundo que surgió, de los datos que encontraste o fue el proceso
inverso, primero creaste el mundo y luego investigaste lo que te faltaba?
Evidentemente,
primero tuve que llevar a cabo una investigación de varios años, porque de lo
contrario no habría sabido nada de la historia, la política, las costumbres, la
religión, los conflictos raciales, los problemas derivados del colonialismo, la
gastronomía, la vestimenta tradicional, etc. Es una etapa del proceso creativo
que me tomo muy en serio y que considero imprescindible realizar antes de
ponerse a escribir.
L. R.
Sigamos ahora con tu último e increíble libro: SILVERVILLE. Otra nueva maravilla
¿de qué forma surgió? Vemos que es completamente diferente a toda tu obra
anterior y nos llama de forma especial la atención. Hay personajes realmente
fascinantes, nuevamente los secundarios llegan pisando fuerte, provocándonos
unas ganas terribles de saber más cosas sobre ellos. ¿Cuál de ellos te resulta
más difícil de escribir y por qué? ¿Te has basado en alguna persona real o
ficticia para crearlos o surgieron de pronto pidiéndote su historia?
“Silverville”
surgió de mi deseo de escribir una novela que girara en torno a la venganza,
más concretamente, a los problemas derivados de la venganza. Decidí ambientarla
en un pueblo del Lejano Oeste porque me pareció un lugar perfecto para que
todas esas intrigas, secretos y rencores reconcentrados empezaran a salir a la
luz en el momento en que la protagonista se instala en Silverville para hacerlo
estallar. Los personajes que me resultaron más difíciles de caracterizar fueron
las dos protagonistas, Grace Mallory y Ruby Lawrence, porque quería que el
lector se preguntara una y otra vez quién es la heroína y quién es la villana.
Pero ninguno de los personajes está basado en alguien real.
L. R.
¿Sueles poner cara a tus personajes? ¿Actores o personas con las que te cruzas
un día, que conoces... o todo nace de tu imaginación? ¿Cómo y de dónde salen
estos hombres y mujeres que nos atrapan con sus vidas?
Todo nace de mi
imaginación. A veces hay actores que me recuerdan a los personajes, pero solo
cuando llevo unos meses trabajando con ellos.
L. R. Y ya
para terminar (la entrevista ha sido larga lo sabemos), te dejamos un espacio
para que dejes escritas unas líneas a nuestr@s lector@s.
Os envío un
saludo a todos y espero que, si decidís leer “Silverville”, disfrutéis con la
historia de la venganza de Grace tanto como yo escribiéndola. ¡Un abrazo!
Hasta aquí
nuestras preguntas, Victoria. Te agradecemos muchísimo el tiempo que has
dedicado a contestarnos, sabemos que eres una persona muy ocupada y esperamos
(y deseamos con todas nuestras fuerzas) que todo el trabajo que tienes entre
manos, te reporte el mayor éxito del mundo.
¡Muchas gracias
a vosotras!
Un abrazo de
parte de Locas del Romance y ¡Hasta pronto!