Muy buenas noches, mis adorad@s Loc@s
del Romance. Ya está aquí nuestra sección preferida, id a por los cafés que
vamos a tener una invitada que tiene mucho que decir y que nos morimos por
conocer.
Marta Lobo, bienvenida al rincón de la
locura romántica. Olvida a los celadores, aunque te adviertan que con una
camisa de fuerza me mantienen tranquila, es mentira… la locura literaria jamás
se podrá calmar. Pero omitiendo ese detalle, vamos a comenzar, si te parece
bien, la entrevista.
Si alguna de nuestras preguntas te
incomoda, siéntete libre de pasarla por alto y disculparnos.
Aclarados estos puntos y
agradeciéndote tu presencia en este pequeño rincón nuestro del ciberespacio,
comenzamos (con tu permiso) la entrevista.
LR. Marta,
antes de comenzar directamente friéndote a preguntas sobre tu obra, cuéntanos
algo más sobre ti. Para aquellas que no te conozcan. ¿Cuál es tu verdadero
nombre? ¿De dónde eres? ¿Cómo surgió la idea de tus pseudónimos? ¿Tienen algún
significado especial?
ML. Mi verdadero nombre es
Marta y el apellido no es Lobo. Vamos, no es el primero. Es un apellido de mi
abuela materna y es un homenaje a ella. Me gustaba cómo sonaba, tenía mucha
fuerza, era descarado, diferente y tiene un sonido que me encanta. No sé si se
entiende, pero en mi cabeza siempre ha sonado perfecto como nombre artístico.
«Marta Lobo: ganadora de 12 Grammy con su álbum debut». Una pena si no fuese
que canto como un grillo afónico. Los sueños son siempre perfectos.
L.R. Respecto
a tus gustos personales, imaginamos que a través de los libros y de
determinados personajes, en muchas ocasiones podemos ver a la mujer que se
oculta tras el pseudónimo y su obra. Pero así entre nosotras, ¿cuál es tu color
favorito? ¿Sueles inspirarte con algún tipo de música específica? ¿Se podría
decir que hay algún grupo concreto o solista que de alguna forma haya influido
o interferido con tu espíritu creador?
ML. Color favorito: azul.
Música: toda, absolutamente toda. Desde Pop hasta música clásica,
pasando por Indie, Rock, Heavy, Latina, Hip-hop, Trap, Jazz, Soul, Reggae… Esto
se nota mucho en todas mis novelas. Necesito música para escribir y para
ciertas partes de las historias se me hace imprescindible.
Grupo o solista: tengo que decir que me es imposible decantarme
solo por uno, pero podría decir que Bruno Mars.
L.R. ¿Cómo
te describirías a ti misma? ¿Qué tres virtudes y qué tres defectos crees que te
definen?
ML. Me describo bastante
mal. Soy de esas personas que se siente rara cuando la halagan o le dicen lo
bueno que ven en ella.
Virtudes: resiliente, leal y tolerante.
Defectos: impaciente, malhablada y confiada.
Podría decirte que tengo más virtudes que tres y más defectos que
esos que he puesto, pero creo que son los que mejor me identifican.
L.R. Una
de las cosas que siempre nos ha llamado la atención de los escritores y que nos
pica la curiosidad (admitámoslo, somos cotillas al máximo), es conocer la
formación que poseen los autores que tanto nos enamoran. ¿Podrías contarnos
algo sobre esto? ¿Qué estudiaste? ¿Dónde te formaste? ¿Has hecho cursos
específicos para escritores o todo es talento natural y trabajo?
ML. Soy Técnico de Turismo
y Administración, si hablamos de mi formación académica.
Hablando de mi
parte de autora, me encantaría decirte que todo es talento natural y trabajo.
Y, bueno, en gran parte es así. A ver, que no quiero sonar aquí como Umbral
–«He venido a hablar de mi libro»–, ni parecer que esto es fácil. Gran parte es
talento, voy a tirarme unas flores que nunca lo hago y está bien hacerlo de vez
en cuando, sale solo. Cuando me preguntan si me cuesta sacar una historia de mi
cabeza y plasmarla en una página en blanco, digo que no. El cursor deja de
parpadear rápido y comienza a tomar forma. Tampoco digo que sea sencillo. Son
meses de escribir, revisar, documentarte, buscar las calles por donde los
protagonistas caminan, encontrar el bar perfecto, la letra de esa canción que
suena en la cabeza de la protagonista en un momento indicado… No, no es una
tarea sencilla. Hay mucho trabajo detrás de las novelas y cursos de escritura
creativa, corrección, estudio de libros y las normas, revisión de la RAE –«Querida
amiga, la estás cagando con las cocretas»—, las nuevas normas… Puede que para
otras autoras sea una tarea más sencilla. Yo fui de letras en Bachiller, pero
acabé haciendo números. Así que la fórmula es: mucho trabajo, mucha constancia,
algo de talento natural y esfuerzo.
Seguro que hay muchas más fórmulas (algo de suerte, supongo), pero
a mí es la que me funciona.
L.R. Hablando
sobre tu trabajo de escritora, imaginamos que un libro no se escribe en un
momento. ¿Cuál es el proceso que sigues para crear estas joyas de la literatura
romántica? ¿Qué proceso mental/físico o extrasensorial tiene lugar para que des
a luz a tu obra?
ML. Uyss… Creo que he
respondido un poco en la anterior pregunta. Si es que no se me puede dejar
explayarme así.
No, no se escribe en un momento, como he dicho anteriormente son
muchos los factores claves para que una de mis novelas salga a la luz.
Solo necesito música, un café y la pantalla del ordenador o un
papel, o una servilleta o el programa de notas del móvil. No soy de las
maniáticas. Aunque ayuda bastante tener siempre a mis secretarios dando vueltas
y al gran muso rondándome y alegrándome con sus ojazos… y cuerpazo.
L.R. Trasladémonos
ahora a un día en la vida de Marta Loco ¿Cómo es? ¿A qué hora del día sueles
ponerte escribir? ¿Cuántas horas de duro trabajo supone un día cualquiera?
¿Dedicas todo ese tiempo a escribir o sueles alternarlo con investigación y
algún otro asunto? ¿Qué elementos de tu vida, de tu alrededor (tangibles o no),
suelen servirte de inspiración o cortarla de raíz?
ML. Hay quien dice que le
gustaría vivir un día en mi vida. Pobres incautas la que lo han dicho alguna
vez. Suelo levantarme sobre las siete de la mañana, me preparo el primer café y
el desayuno y comienzo con lo más glamuroso de este mundillo: hacer las cosas
de casa, moño en alto y con música. Después me pongo con alguno de los cursos
que tengo pendientes (son bastantes y algún año los iré terminando poco a
poco), me doy un paseo por las redes, subo al grupo de Facebook algún post y a
Instagram, respondo algún e-mail y me da la hora del segundo café.
Entonces ya me pongo a escribir y/o documentarme. No soy una autora
al uso que tiene todo planeado por completo cuando comienza a escribir una
nueva novela. Yo tengo la base: los personajes, más o menos cómo va a
transcurrir la historia y el final; pero ellos suelen ser especialmente
tocapelotas para hacer que lo que yo iba a plasmar en unas trescientas páginas
en papel, se conviertan en más de setecientas. Esto ha ocurrido con mi última
novela publicada. Escribo y me documento a la vez. Así que no sé decir
exactamente las horas que dedico a escribir, a las redes o a documentarme. Pero
sí te puedo decir que puedo ponerme a las diez de la mañana y cerrar la tapa
del ordenador sobre las dos de la madrugada.
Me inspira la vida. «Qué bucólico y romántico suena, ¿verdad?». Se
puede encontrar inspiración en una canción, en una película o serie, en un
programa de televisión, en la vida diaria. ¿Habéis jugado alguna vez a imaginar
cómo es la vida de las personas con las que te cruzas en el metro, en el
supermercado o esa pareja que entra en el bar y se conocen por primera vez?
Ahora no me tomaréis por loca al decir que la vida me inspira.
L. R. Viajemos
al pasado por un momento, a esa primera vez (que tú recuerdes) con un libro entre tus manos. ¿Qué edad tenías, qué
libro era y de qué forma te marcó? ¿Recuerdas quién te lo dio? ¿A quién
echarías la culpa de tu afición a la lectura y la escritura?
ML. Joder, qué complicado.
La verdad es que tengo un poco memoria de pez para algunas cosas y para otras
no. No recuerdo exactamente el título del primer libro que tuve entre las
manos, pero sí recuerdo gracias a quién me aficioné a la lectura: mi abuelo
Jaime. Siempre estaba con sus gafas de ver de mafioso (así las llamaba yo y son
esas que ahora están de nuevo de moda) en la pequeña terraza de la casa de
León, con un libro entre las manos. La mayoría eran de historias del oeste y de
asesinos en serie. Somos una familia de artistas: mi hermana toca el piano y
pinta; mi tía pinta y diseña; mi hermano es un hacha de la informática; mi
madre es una adicta a la moda; mi padre es un cocinero brutal; mi prima es una
experta en marketing; la otra es una arquitecta en ciernes… Todos tenemos algo
de artistas en las venas. Así que supongo que corre por las venas.
L.R. Como
románticas empedernidas que somos, hay ciertas preguntas que no podemos evitar
y esta es una de ellas: ¿Cómo es para ti el hombre ideal? ¿De qué forma
esperarías que te conquistaran? ¿Eres una mujer que disfrute de flores y
bombones o prefieres algo menos convencional? ¿Alguna película/libro favoritos
(léase: Disney, cuentos de hadas, ranas que se transforman...) que hayan
influido en tu forma de ver el amor y en lo que esperas de él? Y lo más
importante de todo... ¿Lo has encontrado ya? ¿Tiene hermanos? (jajajaja)
ML. Creo que sería una
mezcla de mis personajes: la curiosidad de Hans, la bondad de Jamie; el
corazón, la pasión, la dulzura y las recetas de Enol; la forma de amar, de
mirar, de luchar y de tratar a su chica de Alex; y el salto de fe de Ailean.
Me conquistarían
por el estómago y haciéndome reír. Una cena, buen vino, música, mejor compañía
y ya si me hacen reír, me ganan. Además, tiene que hacerme sentir que es el
indicado, que se me remueva todo por dentro, que al entrar en la misma
habitación se me encojan los dedos de los pies, mis muslos se aprieten y tenga
que respirar profundamente.
Podría haber
dejado de creer en el amor hace muchos años por los golpes del destino, pero me
negué a pensar que no había nadie perfectamente imperfecto para mí. Y llegó, en
Escocia, hace casi doce años. Tiene un hermano, pero no es como él, sorry. El
señor Lobo es único.
Disney nos ha
vendido hombres con algunos problemas. Luego llegó Marvel para mostrarnos a
super hombres… No, ninguno de los dos ayudan en exceso. (Guiño, guiño).
L.R. Imaginamos
que, como escritora de romance, en primer lugar y antes de decantarte por este
género, fuiste ávida lectora de autoras ya consagradas. Dinos ¿alguna autora o
libro te marcó de forma especial, haciéndote decidir escribir novela romántica
y no novela negra, fantástica o histórica (o cualquier otro género)? ¿Qué libro
es para ti, a día de hoy, tu principal referente (ese que no puedes parar de
leer)? ¿Hay algún género literario en especial que seas incapaz de leer o
rechaces de antemano? ¿Y en novela romántica, algún subgénero que digas
"esto no es para mí"?
ML. Marian Keyes, sin duda
alguna. Su frescura, su forma de narrar, de contártelo todo como una amiga que
tienes enfrente con una copa de vino, que te explica sus peripecias y las de
sus amigos.
No soy de las que
releen un libro dos veces, creo que pocos hay que me hayan provocado esa
necesidad.
No rechazo ningún
género, pero reconozco que el de terror hace que sea reticente. Soy una cagada
para esas cosas, aunque luego soy super valiente para otras.
No, no hay ningún
subgénero que diga que no. Tal vez leo menos de romántica histórica por el
hecho de que las que he leído se me han atragantado por el lenguaje y las
ambientaciones. Así que si me queréis recomendar alguna que me digáis «No te la
puedes perder, Marta», estoy abierta a sugerencias.
L. R. Centrémonos
ahora en tu trabajo de escritora, lo que a día de hoy es tu obra publicada.
Pero antes de todo esto, antes de decidir publicar tu ¿hay algún secreto oscuro
en el pasado de Marta Lobo? ¿Escribiste algún artículo para alguna revista,
alguna redacción ganadora en el colegio, un cuento... cualquier cosa? ¿Nos
hablarías un poco de ello?
ML. Mmmm, interesante.
Secretos oscuros hay unos cuántos, pero los dejaremos en el aire, para que siga
teniendo ese aura de misterio. En el colegio, mi profesora de literatura me
suspendía todos los exámenes de comentarios de texto porque divagaba y no me
centraba en la pregunta. Ella misma me dijo que acabaría siendo charcutera y
viviría entre mortadela de aceitunas. «Gracias, señorita, fue muy amable con su
comentario y su forma de tratarme. Well done».
Ni artículo ni
poesía ni nada por el estilo. Aunque sí que escribía todos los años la canción
que interpretábamos en el concierto navideño del colegio. Elegíamos una canción
y hacíamos una letra para ello, cada año con un tema en concreto. Puede que uno
de mis futuros Grammy venga de aquella época.
L. R. Sabemos
que iniciaste escribiendo en tu blog. ¿Qué fue lo que te hizo saltar a la
publicación? ¿Cómo fue tu experiencia?
ML. Como bien dices,
empecé un blog con una novela. Pensé que nadie lo leería, que no iba a gustar o
cualquiera de los mil millones de miedos que nos atacan a los autores cuando
publicamos. En 2013 no es que se llevase mucho eso de leer blog novelas de
gente completamente desconocida, pero me llevé una grata sorpresa. Poco a poco
Mariola y Alex se fueron haciendo más conocidos, y semanalmente tenía
muchísimas visitas. El blog cerró en 2015 con más de 300.000 lecturas de la
historia.
Mientras se fraguaba el amor entre Mariola y Alex, publiqué mis dos
primeras novelas en Amazon. Estaba cagada. No tenía ni idea de cómo funcionaba
aquel gigante, ni qué formatos debía llevar ni cómo promocionarlo, ni el
precio, ni cómo hacer unas portadas bonitas y atrayentes… Estaba perdida en un
mundo del que desconocía cómo funcionaba, pero, oye, que tampoco salió tan mal.
Si tengo que hablar de mi experiencia podría definirla como
enriquecedoramente temible. Aprendí mucho, me llevé palos –de esos gordos que
te dan en la cara y no los ves–, hice amistades y me cree enemigos que a día de
hoy sigo sin comprender el motivo. Fue algo divertido de hacer, algo que suelo
llamar ‘ensayo-error’. Y tan mal no me ha ido, que varios años y más novelas
después sigo publicando.
L.R. ¿Cuál
fue tu primera novela y cómo surgió la idea? ¿Cuánto tardaste en terminarla?
¿Qué personaje resultó más irreverente y te dio más dolores de cabeza? ¿Cuál es
tu escena preferida? ¿Recuerdas el momento en que la escribiste o fue producto
de un intervalo de "éxtasis de escritor"? ¿En qué momento decides
compartir esta con el mundo?
ML. La primera novela como
tal fue la primera parte de la Bilogía Bésame, ‘Bésame, princesa’. Surgió por
desde el blog, por una idea loca que tuve en un capítulo y de repente ellos aparecieron,
Lucía y Hans arrasaron en su llegada. Así que mientras escribía el blog,
comencé a preparar su historia.
¿El personaje más irreverente? Creo que los protagonistas, me
dieron tantos dolores de cabeza, tantos problemas, que pensé que no llegaría a
terminar su historia.
¿Mi escena favorita? No quiero hacer mucho spoiler, pero es una en
la que Hans, harto de algo que le ha hecho Lucía, aparece en la Academia y
tienen tanta tensión sexual entre los dos que traspasa la pantalla. Lucía
termina el capítulo con la siguiente frase: «Me debes un vibrador, capullo».
Creo que se puede ver el genio de Lucía y lo divertido que es Hans en ese
capítulo.
Recuerdo como si fuese ayer cuando lo escribí. Fluyó, fluyó tato
que se convirtió, obligatoriamente en una bilogía.
Lo compartí en un momento de enajenación mental transitoria. No me
lo pensé, lo subí un día a Amazon, tenía una fecha en mente, pero no sabía
entonces que Amazon suele actuar como le da la gana y tardó menos de dos horas
en poner la novela a la venta, en vez de cumplir su promesa de en 72 horas.
L. R. Dentro
de tu obra, tienes una obra independiente que se volvió un hit en su estreno
CINCO DÍAS PARA ENAMORARSE. ¿De qué forma surgió la idea? ¿Qué personaje te
marcó de forma más especial? ¿Cuál fue el que más problema te supuso?
La idea de esta novela fue un relato entre amigas. Quien me haya
leído ya (y si no, no perdáis más tiempo en hacerlo) sabe lo importante que son
para mí los secundarios. Así que quise hacer una novela en la que los
protagonistas tuvieran su propia historia, pero dar mucha más visibilidad a los
secundarios. Está contada a diez o doce voces, cada capítulo lo cuenta un
personaje y es tan especial su historia como cada uno de ellos. A mí todos
ellos me tienen loca perdida.
Creo que Jamie es el personaje que más me gusta de la novela: ese
corazón enorme que tiene, esa sonrisa que vuelve loca a Marina (y a mí, todo
hay que decirlo) creo que hace que se posicione como un protagonista perfecto.
Natalia fue la que más problemas me dio. Y no puedo decir mucho más
porque hago spoiler y no soy de esas que os cuentan demasiado.
L. R. No
podemos olvidarnos de tu serie Mi tarea pendiente, que además tiene unas
portadas que impactan. Cuéntanos, como surgió en sus orígenes la idea.
¿Cómo nacen estos personajes? ¿Qué es lo que más te costó escribir y lo que más
disfrutaste? ¿De dónde sacas tus ideas para esas escenas de alto contenido
erótico? ¿Te resulta difícil escribirlas?
ML. Todo empezó un 13 de
febrero en el trabajo. Hubo una gran nevada en Vitoria y se cayó la red y el
teléfono durante todo el día. Tenía un blog creado, pero sin entradas. Empecé a
teclear sobre Nueva York, sobre una chica que va a cumplir su sueño y… Todo
fluyó. Disfruté viajando por las calles de Nueva York, creando unos personajes
que han enamorado a muchas lectoras.
¿Las ideas para el
alto contenido erótico? Aquí no hay misterios de películas ni de revistas ni
vídeos de internet. Para mí es más importante el antes y el después, que la
mitad del polvo. Ya escribí erótica pura y dura (me tomo unos segundos para
recrearme en la escena de la ducha de Las Vegas) en la Bilogía Bésame, así que
en las siguientes son momentos, roces, caricias, besos en el cuello, susurros
con palabras algo malsonantes, que hacen que un momento normal, una comida
familiar, sea el momento en el que uno de los protagonistas decida sacar los
pies del tiesto y poner nervioso al otro protagonista. No me resulta demasiado
difícil recrearlas, busco la canción que necesito para la escena, la pongo en
bucle y dejo que ellos hagan y se deshagan en caricias, piel y besos.
L. R. ¿Sueles
poner cara a tus personajes? ¿Actores o personas con las que te cruzas un día,
que conoces... o todo nace de tu imaginación? ¿Cómo y de dónde salen estos
hombres y mujeres que nos atrapan con sus vidas?
ML. Sí les pongo cara. Es
más, busco al actor, actriz, modelo o cantante que necesito antes de empezar.
Hay veces que aparecen en mi mente, otras veces son personajes de un anuncio o
personas de Instagram que me atrapan con una sonrisa, unos ojos o un anuncio de
un supermodelo en bañador pequeño y blanco en Capri. También tengo una historia
pendiente de un chico que conocí en un Starbucks al lado de la Torre de Londres
al que le hice una foto sin que el se diese cuenta. Esa novela va a ser muy
divertida.
Los personajes salen todos de mi imaginación. No me baso en nadie
en concreto y puede que en muchas personas en general. Hay rasgos de algunos
personajes que son de familia y amigos o de cómo me imagino que puede ser la
vida de una persona medianamente normal y extraordinaria. A los malos malísimos
de las novelas los describo de tal manera que se les odie por un motivo:
siempre tiene que haber una razón para que el malo del libro lo sea. Mis chicas
son luchadoras, valientes, resilientes, duras, macarras e irreverentes. Mis
chicos suelen ser los que necesitan ser salvados en algún momento. No sé si he
respondido a las preguntas o me he liado a soltar palabras sin sentido.
L. R. Y
ya para terminar, te dejamos un espacio para que escribas unas líneas a nuestr@s
lector@s.
ML. A los que ya me conocéis, no os sorprenderá que esta entrevista
sea como ‘El Quijote’. A las que me leéis por primera vez, que esto no os
asuste o que os prevenga. Fuera bromas.
Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias por leer la entrevista
entera. Gracias por dejarme entrar en vuestra vida por diez minutos.
A l@s lector@s: un millón de gracias, creo que no tendremos tiempo
suficiente para agradecer todo lo que hacéis por la literatura y por los
autores. Sin vosotros no conseguiríamos poco a poco nuestros sueños. Es gracias
a vuestro apoyo, cariño y opiniones lo que hace que sigamos publicando libros.
Seguid comentando, opinando (siempre desde el mayor de los respetos),
compartiendo y haciendo que la romántica –esta vez hablo del género que yo
tanto adoro y por el que lucho– siga siendo tan grande y llegue a ser
reconocida como uno de los mejores géneros de la literatura.
A las Locas del Romance, muchísimas gracias por pensar en mí, por
cederme este espacio para divagar –creo que en exceso–. Gracias por ser unas
locas de este género, por amarlo, por adorarlo y por permitir que lleguemos a
más personas. No dejéis nunca de hacerlo.
Hasta aquí nuestras preguntas, Marta
Lobo. Te agradecemos muchísimo el tiempo que has dedicado a contestarnos,
sabemos que eres una persona muy ocupada y esperamos (y deseamos con todas
nuestras fuerzas) que todo el trabajo que tienes entre manos, te reporte el
mayor éxito del mundo.
Un abrazo de parte de Locas del
Romance y ¡hasta pronto!
Hola gracias por compartir esta entrevista. Saludos.
ResponderEliminarHola! Me encanta leer las entrevistas de Marta, jejeje. Y yo también juego o jugaba a imaginarme la vida de los demás que no conozco de nada, jejeje.
ResponderEliminarConocí a Marta con su bilogía de Bésame princesa y me encantó tanto que siempre estoy pendiente de lo que publica aunque tarde un poco en leerlo. Precisamente estos días estoy con el primero de Mi tarea pendiente y me está encantando. ¿Lo has leído ya? Yo creo que si te pones con él es de esos que no vas a poder soltar y que hacen que me escribas para comentarlos, jajaja.
Muchas gracias por la entrevista.
Besos!
¡Hola! ^^
ResponderEliminarMe encanta esta sección de entrevistas en las que descubro a autoras con las que seguro voy a disfrutar.
Qué currada, enhorabuena por la entrevista :D
Voy a cotillear las novelas de Marta Lobo ya mismo jajaja
¡Nos leemos!
¡Hola!! Gracias por acercarnos a Marta Lobo, no hemos leído nada de ella, y creo que estamos tardando demasiado en hacerlo. La entrevista es maravillosa!!! Besitos.
ResponderEliminar