Entrevista Mabel Díaz -Autora del mes de Noviembre

Buenas noches, mis adorad@s Loc@s del Romance. ¡Ya está aquí una de nuestras secciones más esperadas! Si, nos vamos a tomar un delicioso café con una pluma deliciosa, de esas que suben los colores y los calores, una pluma que seguro ya nos ha enamorado en más de una ocasión y que estamos emocionadas de tener en este rincón de locura romántica. Ella es Mabel Díaz.

L.R. Mabel, muchas gracias por aceptar participar con nosotras en esta entrevista. Sabemos que estás bastante liada, así que sin más preámbulos, comenzamos la entrevista.

Si alguna de nuestras preguntas te incomoda, siéntete libre de pasarla por alto y disculparnos.
Antes de comenzar directamente friéndote a preguntas sobre tu obra, cuéntanos algo

más sobre ti. Para aquellas que no te conozcan. ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿De dónde eres? ¿Cómo surgió la idea de tus pseudónimos? ¿Tienen algún significado especial?

M.D. Hola, muchas gracias por contar conmigo para este mes de noviembre. Mi verdadero nombre es María Isabel, pero en casa siempre me han llamado por la versión corta. Así que como veis mi pseudónimo “Mabel” es mi nombre real, no tiene ningún significado especial, ni nada por el estilo. Nací en Baracaldo (Bilbao), pero me crié en Alcoy (Alicante) y el amor me llevó a Madrid, que es donde resido actualmente con mi marido y mis dos hijos.

L.R. Respecto a tus gustos personales, imaginamos que a través de los libros y de determinados personajes, en muchas ocasiones podemos ver a la mujer que se oculta tras el pseudónimo y su obra. Pero así entre nosotras, ¿cuál es tu color favorito? ¿Sueles inspirarte con algún tipo de música específica? ¿Se podría decir que hay algún grupo concreto o solista que de alguna forma haya influido o interferido con tu espíritu creador?

M.D. El color que más me gusta es el verde. Respecto a música no tengo un grupo favorito o cantante. Me gusta todo. Rock, pop, alternativa, baladas heavies de los años 70, 80 y 90, música urbana, reggaetón…Para que me inspire una canción tiene que contarme una historia que me llegue al alma. Pero de todas formas, no soy de escribir con música. Me molestan los ruidos a la hora de escribir. Necesito silencio absoluto.

L.R. ¿Cómo te describirías a ti misma? ¿Qué tres virtudes y qué tres defectos crees que te definen?

M.D. Soy una persona normal y corriente que escribe romántica y erótica. Soy muy constante, intento llevarme bien con todo el mundo y soy muy familiar. Defectos tengo muchos. ¿Sólo quieres que te diga tres? Soy cabezota, hablo mucho y tengo mal genio, pero lo disimulo muy bien jajaja.

L.R. Una de las cosas que siempre nos ha llamado la atención de los escritores y que nos pica la curiosidad (admitámoslo, somos cotillas al máximo), es conocer la formación que poseen los autores que tanto nos enamoran. ¿Podrías contarnos algo sobre esto? ¿Qué estudiaste? ¿Dónde te formaste? ¿Has hecho cursos específicos para escritores o todo es talento natural y trabajo?

M.D. Estudié Administración y  me especialicé en Comercio y Marketing, pero como siempre me ha gustado leer y tenía la cabeza llena de ideas que amenazaban con volverme loca, un día decidí dar el paso de escribir. Así nació “Entre mis brazos” mi primera novela. Cuando me publicaron la segunda “Perfecta” y me di cuenta de que esto de la escritura iba en serio, que a la gente le gustaba cómo escribía y mis historias, tomé la decisión de hacer algún curso para mejorar. Así fue como conocí a José De la Rosa, que fue mi profesor en el Curso de Novela Romántica y en el Curso de Novela Erótica con quien aprendí mucho. Yo creo que además del talento natural de una persona hay que formarse y trabajar duro.

L.R. Hablando sobre tu trabajo de escritora, imaginamos que un libro no se escribe en un momento, sin embargo, tú eres una autora especialmente prolífica. Con tus obras nos sorprendes y emocionas (varias veces al año) con novedades y nuevas historias. ¿Cuál es el proceso que sigues para crear estas joyas de la literatura romántica? ¿Qué proceso mental/físico o extrasensorial tiene lugar para que des a luz a tu obra?

M.D. Tienes razón al decir que un libro no se escribe en un momento. A mí hay libros que me cuesta más escribirlos que otros. Por lo enrevesada de la trama, por la documentación que necesito para la historia, por falta de tiempo… Normalmente tardo entre 6 y 8 meses en escribir una novela, pero algunas me han costado un año. Y después de esto, dejo reposar la historia un mes como mínimo. Luego la leo y cambio todo lo que no me gusta, o los párrafos donde no explico bien algo, o si se me ha olvidado poner alguna cosa. Después se la paso a una amiga y ella me dice más cosas para que la novela mejore. Cambio lo que me ha indicado y más tarde se la envío a otra amiga y esta hace lo mismo. Cuando ya tengo todas las correcciones hechas, se la mando a mi editora. Hay veces que cuando la novela llega a la editorial ya no hay que modificar nada más porque a la editora le gusta tal y como está. Otras veces es algún pequeño detalle que se nos ha pasado por alto a mis amigas y a mí y entonces me lo comenta y lo rectifico. Y luego a esperar fecha de publicación, que suele tardar varios meses o incluso un año. Para que te hagas una idea, el año 2019 ya lo tengo cubierto de publicaciones y lo que estoy escribiendo ahora saldrá en el 2020.

Yo tengo muchas novelas en poco tiempo porque me costó que una editorial me hiciera caso. Mandaba manuscritos a unas y otras y me decían que no les interesaba o incluso no respondían. Mientras continuaba escribiendo, así que cuando empecé a publicar ya tenía en el cajón 6 novelas. Y como he seguido escribiendo durante los años que llevo publicando…pues ahí está el motivo de que tenga tantas. Y las que me quedan jajajjaa…

L.R. Trasladémonos ahora a un día en la vida de Mabel Díaz ¿Cómo es? ¿A qué hora del día sueles ponerte escribir? ¿Cuántas horas de duro trabajo supone un día cualquiera? ¿Dedicas todo ese tiempo a escribir o sueles alternarlo con investigación y algún otro asunto? ¿Qué elementos de tu vida, de tu alrededor (tangibles o no), suelen servirte de inspiración o cortarla de raíz?

M.D. Mi día a día es como el de cualquier madre trabajadora, solo que yo trabajo en casa delante del ordenador. Cuando los niños están en el colegio es cuando aprovecho para escribir porque después mi tiempo es todo para ellos y mi marido. Normalmente empiezo a escribir a las 9 de la mañana. Hay días que escribo tres horas, otros días cinco, depende de si tengo algo que hacer como ir al médico, comprar comida, etc. o no. Pero tres horas mínimo de lunes a viernes. El fin de semana se lo dedico en exclusiva a mi familia.

Normalmente, y para no perder el tiempo a la hora de escribir, preparo todo antes de empezar la novela. Creo los personajes, la trama, la subtrama, personajes secundarios, ambientación, etc. Si quiero tratar un tema específico me documento antes de comenzar a escribir la historia. Otra cosa es que se me olvidase en su momento alguna cosa o me surja alguna duda sobre la marcha, entonces, sí vuelvo a pedir información, pero normalmente, suelo tenerla ya toda cuando me pongo con la nueva historia.

Me sirve de inspiración la vida. Cualquier hecho que suceda a mi alrededor, una noticia en la televisión o la radio, un reportaje sobre algún tema en concreto, una conversación, una canción…Y para cortarla de raíz solo tengo que ver que se me hace tarde para recoger a mis hijos en el colegio y salir a toda pastilla hacia allí jajajaja.

L. R. Viajemos al pasado por un momento, a esa primera vez (que tú recuerdes) con un libro entre tus manos. ¿Qué edad tenías, qué libro era y de qué forma te marcó? ¿Recuerdas quién te lo dio? ¿A quién echarías la culpa de tu afición a la lectura y la escritura?

M.D. Como he leído desde siempre, desde que me enseñaron en el colegio, claro, pues no te puedo decir una edad concreta. Si recuerdo que con 16 años tuve que estar un tiempo en reposo por un problema de salud y como me aburría mogollón cogí el libro “Yo, Claudio” que era de mi hermano mayor y desde entonces me aficioné a leer otro tipo de novelas distintas a las que había leído hasta entonces. Me encantaron las intrigas romanas y me sentí transportada a aquella época. Después vinieron Matilde Asensi con “El último Catón”, Arturo Pérez Reverte con “La tabla de Flandes”, “Los Miserables” de Víctor Hugo, “El conde de Montecristo” de Alejandro Dumas y muchos más hasta que cayó en mis manos “Orgullo y Prejuicio” de Jane Austen y ahí fue cuando me di cuenta de que el género que más me gustaba era la romántica. Luego descubrí una serie de John Norman “Las crónicas de la contratierra” que es fantasía erótica de los años 80 y 90 y ahí empezó mi afición a la literatura erótica. Leí “Las edades de Lulú” de Almudena Grandes, “Historia de O” de Dominique Aury, “El Decamerón” de Boccaccio…. Así que no puedo echarle la culpa a nadie de mi afición a la lectura y la escritura porque fue algo que me ha gustado desde siempre y he sido yo solita la que me he metido en esto.

L.R. Como románticas empedernidas que somos, hay ciertas preguntas que no podemos evitar y esta es una de ellas: ¿Cómo es para ti el hombre ideal? ¿De qué forma esperarías que te conquistaran? ¿Eres una mujer que disfrute de flores y bombones o prefieres algo menos convencional? ¿Alguna película/libro favoritos (léase: Disney, cuentos de hadas, ranas que se transforman...) que hayan influido en tu forma de ver el amor y en lo que esperas de él? Y lo más importante de todo... ¿Lo has encontrado ya? ¿Tiene hermanos? (jajajaja)

M.D. El hombre ideal es mi marido, por eso me casé con él jajaja. Es la persona que me complementa a la perfección. No tiene hermanos, pero sí una hermana mayor, soltera, por si a alguien le interesa jajaja.

La forma en que esperaría que me conquistaran fue exactamente como  lo hizo mi marido: con paciencia, cariño, ternura, inteligencia, mucho humor, pequeños detalles, momentos explosivos y salvajes (ya sabéis a qué me refiero jajaja).

Las flores me gustan, pero no son importantes para mí. No me conquista un hombre que venga con un ramo de flores. De hecho, mi marido al principio me las regalaba y le dije que dejase de hacerlo porque, aunque le agradecía el detalle, valoro más los bombones. Soy capaz de comerme una caja entera de una sentada, como las pipas. En cuanto a regalos, prefiero un viaje o algún detalle, por pequeño que sea, pero que tenga un significado especial para mí.

Mi forma de ver el amor me la ha dado las experiencias que he vivido, no  los libros ni las películas de Disney. Esos cuentos están muy bien cuando tienes 8 años, pero cuando te vas haciendo mayor y te van dando palos, te das cuenta de que el príncipe azul destiñe y que hay que rascar la superficie de las personas para saber qué hay verdaderamente debajo. No te puedes fiar de la primera impresión, ni de la vida de color de rosa que te proponen, como sucede en mi novela “3 te odio y un te quiero”. Las apariencias engañan la mayoría de las veces.

L.R. Imaginamos que como escritora de romance, en primer lugar y antes de decantarte por este género, fuiste ávida lectora de autoras ya consagradas. Dinos ¿alguna autora o libro te marcó de forma especial, haciéndote decidir escribir novela romántica y no novela negra, fantástica o histórica (o cualquier otro género)? ¿Qué libro es para ti, a día de hoy, tu principal referente (ese que no puedes parar de leer)? ¿Hay algún género literario en especial que seas incapaz de leer o rechaces de antemano? ¿Y en novela romántica, algún subgénero que digas "esto no es para mí"?

M.D. A la primera pregunta ya he contestado más arriba, así que no me voy a repetir para no aburrir a las lectoras del blog. En cuanto al libro que no puedo parar de leer tengo dos: “Orgullo y Prejuicio” y “Los Miserables”.

El género que soy incapaz de leer es el de terror. No me ha gustado nunca, a pesar de que en varias ocasiones he intentado leer una novela de este tipo, pero no lo consigo. No me siento a gusto leyendo esto.

En la literatura romántica me gusta todo, aunque paranormal es lo que menos leo. Sin embargo, he descubierto varias autoras que le dan un toque distinto a las novelas de paranormal, como Noa Xireau y Kris L. Jordan, y su manera de describir el mundo paranormal, lo que sucede, etc. sí me ha gustado, por lo que seguiré leyéndolas.

L. R. Centrémonos ahora en tu trabajo de escritora, lo que a día de hoy es tu obra publicada. Sabemos que has publicado con Kiwi y que tienes más de una obra autopublicada. Pero antes de todo esto, antes de decidir publicar tu primer libro ¿hay algún secreto oscuro en el pasado de Mabel Díaz? ¿Escribiste algún artículo para alguna revista, alguna redacción ganadora en el colegio, un cuento... cualquier cosa? ¿Nos hablarías un poco de ello?

M.D. Lamento decepcionarte, pero no tengo ningún secreto oscuro en  mi pasado. Soy una persona normal con las vivencias típicas de cualquier mujer de 41 años. Cuando era pequeña escribía alguna cosa cortita, pero nunca me presenté a ningún concurso del colegio, ni de una revista, etc. Siempre he sido muy tímida y por vergüenza no lo hacía. Esos pequeños relatos que escribía sólo los leía mi madre y después quedaban en el olvido. Lo que sí te puedo decir es que cuando en el colegio nos mandaban redacciones, yo me enrollaba mogollón hablando del tema que nos hubiera propuesto la profe, pero siempre rezaba para no tener que leer la mía delante de toda la clase. ¡Me daba pánico! Y mírame ahora… Haciendo presentaciones, hablando en mesas en eventos, delante de un montón de gente… Con el tiempo lo he superado, gracias a Dios.

L. R. ¿Cuál fue tu primera novela y cómo surgió la idea? ¿Cuánto tardaste en terminarla? ¿Qué personaje resultó más irreverente y te dio más dolores de cabeza? ¿Cuál es tu escena preferida? ¿Recuerdas el momento en que la escribiste o fue producto de un intervalo de "éxtasis de escritor"? ¿En qué momento decides compartir esta con el mundo?

M.D. Mi primera novela fue “Entre mis brazos” y la idea me surgió después de una conversación con un amigo, recién divorciado entonces, sobre el precio que hay pagar por tener a tu lado a la persona que amas. La verdad es que esa novela tardé poco en escribirla, dos meses o algo así, y el personaje que más quebraderos de cabeza me dio fue el de Noa, la protagonista, por la lucha interior que tiene y por sus prejuicios sobre las clases sociales. Mi escena preferida no te la puedo decir porque haría spoiler jajaja. Tiempo después una amiga la leyó e insistió en que la mandase a una editorial. Como yo no quería hacerlo, se alió con mi marido que también la había leído, y entre los dos me convencieron.

 

L. R. Dentro de tu obra, creemos que merece mención especial tu trilogía Hermanos Mackenzie. ¿De qué forma surgió la idea? ¿Qué personaje te marcó de forma más especial? ¿Cuál fue el que más problema te supuso?

M.D. A la serie Hermanos Mackenzie le debo mucho. Me ha dado muchas alegrías. La idea surgió a raíz del boom de “50 sombras”. Yo conozco a personas del mundo BDSM y eran totalmente distintas a Christian Grey. Ninguna tiene un trauma infantil que les haya empujado a ser Amos o sumisas. Simplemente viven su sexualidad de otra manera y hay que respetarles. Eso es lo que quise reflejar en “El fuego que arde en ti”. Después, con “Dulce Tentación” y “El calor de tus besos” exploré el tema de los tríos, orgías y demás.

El personaje que me marcó especialmente fue el de Megan, la protagonista de “Dulce Tentación”. Una madre soltera con un negocio que sacar adelante, que no necesita tener a un hombre al lado para ser feliz. Este personaje está basado en una compañera de instituto a quien le pasó prácticamente lo mismo y sus reflexiones eran las mismas que las de Megan sobre los hombres.

El personaje que más problemas me supuso fue el de Adam, de “El calor de tus besos”. Es un sinvergüenza, seductor, descarado, el niño mimado de los Mackenzie. Encontrarle una chica que estuviera a su altura, que le hiciera bajar de su nube y darle dos buenos tirones de oreja, no fue fácil. Pero gracias a Dios apareció Kate y le hizo morder el polvo.

     

L. R. Con estos hermanos sexys comenzaste tus andanzas con Editorial Kiwi. ¿Cómo se siente una al recibir la noticia de que tu hijo abandona el nido y nada más y nada menos que de mano de Kiwi? ¿Qué fue lo primero que pensaste? ¿Cómo fue ese momento de recibir la gran noticia?

M.D. Pues mira: “El fuego que arde en ti” lo mandé a dos grandes editoriales y rechazaron la novela porque la visión que yo daba del BDSM no era vendible, ni rentable, etc. Ese fue el motivo que me dieron. Pero yo confiaba en mi historia por lo que te he comentado antes sobre las personas que conozco que viven su sexualidad así. Salió el concurso Kiwi y la envié. Tiempo después, Teresa, la editora, se puso en contacto conmigo para decirme que me la iba a publicar. Como te imaginarás me puse súper contenta. Llamé a mi marido, a mi familia, mis amigas… Lloré de alegría igual que el día que nacieron mis hijos. Me sentí muy feliz porque Kiwi apostaba por mí, se arriesgaba a publicar erótica, pues ellos no tenían esa línea en la editorial, y lo hacían conmigo, prácticamente una desconocida, porque a pesar de tener ya dos novelas publicadas entonces, aún no me conocía mucha gente. Fueron momentos muy bonitos y felices que siempre recordaré con mucho cariño.

    

L. R. Sigamos ahora con tu último libro: Adicto a ti. ¿de qué forma surgió? ¿Nos podrías compartir alguna experiencia al haber escrito esta obra?

M.D. “Adicto a ti” es la historia de Javier,  un policía de Sevilla, que lleva una vida tranquila y

ordenada, con todas las situaciones bajo control. Un día conoce a Paula, una veterinaria madrileña, impulsiva y rebelde, que pondrá todo su mundo patas arriba. Aunque él no se quiere enamorar de ella, Paula conseguirá a través del sexo, tenerle a su merced y lo convertirá en un adicto a ella.

Esta historia la escribí durante el curso de Novela Erótica que hice con José De la Rosa, en el 2014, y la he tenido guardada en el cajón todos estos años. Con los ejercicios que él me ponía sobre crear personajes, la trama, etc. le fui dando forma a la historia. Al principio, me devolvía los ejercicios llenos de correcciones en rojo y yo me quería morir. Es un profesor muy exigente. Llegué incluso a decirle que tiraba la toalla, pero él me animó a que no lo hiciera y me esforzase cada vez más. Al final, después de unos cuantos meses trabajando en la novela bajo sus directrices, llegó el examen final. Yo estaba cagada de miedo cuando le entregué el ejercicio que suponía la evaluación. Cuando me lo devolvió pensé que se había olvidado de corregirlo. No tenía nada en rojo. Se lo comenté y me dijo que había hecho un trabajo excelente y que estaba muy orgulloso de mí. Fue una época muy dura, pero muy bonita y guardo un especial cariño a Pepe.

L. R. En tu trayectoria literaria, te hemos visto pasar por el género erótico y algunas otras ramas. ¿Hay algún género al que le tengas especial ganas de probar? ¿Te veremos experimentando con él?

  

M.D. Yo escribo en cada momento lo que me apetece, tanto si lo he escrito antes como si no. Le tengo mucho respeto a la histórica. No sé si algún día me atreveré con ella porque de momento estoy muy a gusto con la contemporánea, pero nunca se sabe. La vida da muchas

vueltas y no sabes lo que te va a tocar ni a donde te va a llevar.

L. R. ¿Sueles poner cara a tus personajes? ¿Actores o personas con las que te cruzas un día, que conoces... o todo nace de tu imaginación? ¿Cómo y de dónde salen estos hombres y mujeres que nos atrapan con sus vidas?

M.D. Me gusta poner cara a mis personajes. Lo que hago es que después de imaginarme cómo serán físicamente, busco a algún modelo que se parezca a como yo lo he ideado. Suelen ser cantantes, modelos, actores…Pero sus personalidades son fruto de mi imaginación totalmente.

  

L. R. Y ya para terminar te dejamos unas líneas para que escribas a nuestr@s lector@s.

M.D. Quiero agradecer a todas las personas que están ahí apoyándome diariamente y a vosotras daros también las gracias por esta entrevista. Un beso muy fuerte para tod@s.

  

Hasta aquí nuestras preguntas, Mabel. Te agradecemos muchísimo el tiempo que has dedicado a contestarnos, sabemos que eres una persona muy ocupada y esperamos (y deseamos con todas nuestras fuerzas) que todo el trabajo que tienes entre manos, te reporte el mayor éxito del mundo. Un abrazo de parte de Locas del Romance y ¡Hasta pronto!