Hola Loc@s del Romance. Me
alegra que hayáis llegado a tiempo para el próximo viaje que vamos a hacer. Os
advierto que el día de hoy entraremos a un mundo incierto, donde todo puede
pasar, y sobre todo nos sentiremos necesitadas de quedarnos al sitio al que
vamos, sobre todo con nuestra invitada.
Viajaremos hasta llegar a
una casona, no hagáis caso a los vampiros, brujas y demás seres que habitan la
morada de nuestra anfitriona, y hagáis lo que hagáis no toquéis por favor la
colección de mangas, y series varias que tiene en exposición, sino queremos que
nos mande cortar la mano o peor aún… “quitar los libros”.
Por fin llegamos al despacho
de nuestra autora. Ahí la encontramos repantigada nos mira divertida mientras
termina de inhalar la última calada de su cigarrillo.
Hola D.w Nichols, bienvenida
a Locas del Romance. Agradecemos tu tiempo y atención. Te
agradecemos antes que nada la atención que tienes en recibirnos y prometernos
ser un poquito buenas… pero sin exagerar ni perder la esencia.
Si alguna de nuestras
preguntas te incomoda, siéntete libre de pasarla por alto y disculparnos.
Aclarados estos puntos y
agradeciéndote tu presencia en este pequeño rincón nuestro del ciberespacio,
comenzamos (con tu permiso) la entrevista.
LR. D.W. Nichols, antes de
comenzar directamente friéndote a preguntas sobre tu obra, cuéntanos algo más
sobre ti. Para aquellas que no te conozcan. ¿Cuál es tu verdadero nombre? ¿De
dónde eres? ¿Cómo surgió la idea de tus pseudónimos? ¿Tienen algún significado
especial?
D.W. ¡Hola,
preciosas! Estoy encantada de recibiros en este rinconcito donde cualquier cosa
es posible, y espero que os sintáis como en vuestra casa.
Pues mi
nombre real es Marta Bolet, soy catalana, y vivo desde siempre en un pueblo
costero llamado Vilanova i la Geltrú. En cuanto a mis seudónimos, creo que son
un claro exponente de lo friki que llego a ser ja, ja, ja, ja, ja, porque sí,
tienen un significado. La D.W., y cualquier whovian lo sabrá nada más ver las
iniciales, son por una serie de televisión de la que soy más que fan, Doctor
Who. En cambio, Nichols es en honor a mi tío Nicolás, un hombre que me enseñó
que siempre debemos luchar por nuestros sueños, y que a pesar de todo lo malo
que podamos encontrarnos, debemos vivirla con valentía y felicidad. Fue un
hombre que jamás perdió el buen humor a pesar de su enfermedad crónica, y fue
un ejemplo para mí.
En
cuanto al otro seudónimo, Alaine Scott... con este te vas a reír. Verás, una de
mis novelas favoritas es Los tres mosqueteros, y mi amor platónico de
adolescencia, fue sin lugar a dudas Aramis. Pensé en ponérmelo de seudónimo,
pero me acordé de «la otra Aramis», la Fuster, y me dio tal náusea que me dije ¡nonononono!.
Así que dándole vueltas y vueltas, jugando con las letras, acabé inventándome
el de Alaine, que suena a francés, empieza por A y, que yo sepa, no existe como
tal. Y el Scott es por Walter Scott. Estos dos autores, Scott y Dumas, son mis
fetiches, aquellos que me introdujeron en la literatura para «adultos» cuando
era una muchachita imberbe, y es gracias a ellos que me entró la pasión por la
lectura y la escritura.
L.R. Respecto a tus gustos
personales, imaginamos que a través de los libros y de determinados personajes,
en muchas ocasiones podemos ver a la mujer que se oculta tras el pseudónimo y
su obra. Pero así entre nosotras, ¿cuál es tu color favorito? ¿Sueles
inspirarte con algún tipo de música específica? ¿Se podría decir que hay algún
grupo concreto o solista que de alguna forma haya influido o interferido con tu
espíritu creador?
D.W. Mi
color favorito cambia cada año ja ja ja ja ja En serio, el año pasado fue el
naranja, y este año el rosa pálido, y mi armario es fiel testigo de ello. Así
que no tengo uno fijo.
Nunca
escribo con música, me distrae. Necesito silencio absoluto. Si pongo música
acabo berreando en lugar de escribir, acaba lloviendo y no es plan.
L.R. ¿Cómo te describirías a
ti misma? ¿Qué tres virtudes y qué tres defectos crees que te definen?
No
tengo ni idea, eso es algo que deberían decirlo los que me conocen y no yo,
pero venga, voy a poner los que yo creo.
Virtudes:
soy amiga de mis amigos, y los defiendo a capa y espada. No soporto las
injusticias, y no me asusta liarme a hostias con quién sea para proteger a
los que quiero.
Defectos:
cuando me cabreo soy como un toro al que le han agitado un trapo delante, y voy
a degüello (después me arrepiento de lo que he dicho, y la mala conciencia me
dura un montón de tiempo). No sé venderme, soy incapaz de hacerlo, como
relaciones públicas sería nefasta. Soy perezosa, y no sé lo que es la
constancia a la hora de escribir.
L.R. Una de las cosas que
siempre nos ha llamado la atención de los escritores y que nos pica la
curiosidad (admitámoslo, somos cotillas al máximo), es conocer la formación que
poseen los autores que tanto nos enamoran. ¿Podrías contarnos algo sobre esto?
¿Qué estudiaste? ¿Dónde te formaste? ¿Has hecho cursos específicos para
escritores o todo es talento natural y trabajo?
D.W.
Soy auxiliar administrativa, ese es el título que tengo por ahí en algún lado,
aunque nunca he ejercido de tal, y he trabajado de muchas cosas. Voy a contarte
algo que pocas personas saben, y es que durante dos años vestí de uniforme,
sip, fui Policía Municipal en mi pueblo jijijiji ¿te imaginas?
Como
escritora, soy totalmente autodidacta, no puedo echarle la culpa a nadie de mis
errores ja ja ja ja ja Mi escuela fue leer, leer y leer. Y después, escribir,
escribir y escribir. Y analizar lo que escribía con ojo crítico buscando todos
los fallos.
L.R. Hablando sobre tu
trabajo de escritora, imaginamos que un
libro no se escribe en un momento
, sin embargo tú eres una autora especialmente
prolífica. Tanto con tus obras como D.W Nichols como con aquellas de tu alter
ego, Alaine Scott, nos sorprendes y emocionas con novedades y nuevas historias.
¿Cuál es el proceso que sigues para crear estas joyas de la literatura
romántica? ¿Qué proceso mental/físico o extrasensorial tiene lugar para que des
a luz a tu obra?
D.W.
Extrasensorial, totalmente. Todo empieza con una vocecita que se desliza por mi
mente y me susurra cosas al oído. Siempre tengo muchas, de esas, y la que grita
más es la que gana la partida, y escribo su historia. Yo no planeo, simplemente
soy como un médium a quién le transmiten un mensaje.
No, no
he ido al psiquiatra, y no pienso ir. ¿Tú quieres que me encierren, o qué?
L.R. Trasladémonos ahora a
un día en la vida de D.W. Nichols ¿Cómo es? ¿A qué hora del día sueles ponerte
escribir? ¿cuántas horas de duro trabajo supone un día cualquiera? ¿Dedicas
todo ese tiempo a escribir o sueles alternarlo con investigación y algún otro
asunto? ¿Qué elementos de tu vida, de tu alrededor (tangibles o no), suelen
servirte de inspiración o cortarla de raíz?
D.W.
Soy un caos con patas, así que ni planeo mi día, ni nada de nada. Me pongo a
escribir cuando me apetece, y cuando no me apetece, no lo hago. Hace tiempo
descubrí que me es perjudicial forzarme, porque me bloquea. Muchas veces estoy
escribiendo y de repente me acuerdo que no he puesto la lavadora, o que tengo
que pasar la ropa a la secadora, así que me levanto y lo hago.
Ya te
digo, un caos.
L. R. Viajemos al pasado por
un momento, a esa primera vez (que tú recuerdes) con un libro entre tus manos.
¿Qué edad tenías, qué libro era y de qué forma te marcó? ¿Recuerdas quién te lo
dio? ¿A quién echarías la culpa de tu afición a la lectura y la escritura?
D.W. El
primer libro que yo recuerde que me enamoró, fue el cuento de la Bella
Durmiente con ilustraciones de la película de Disney. Recuerdo que iba al cole
con el libro cada día, debajo del brazo, más feliz que las pesetas. Me lo
regaló mi tío, y fue el que me descubrió el maravilloso mundo de la lectura.
L.R. Como románticas
empedernidas que somos, hay ciertas preguntas que no podemos evitar y esta es
una de ellas: ¿Cómo es para ti el hombre ideal? ¿De qué forma esperarías que te
conquistaran? ¿Eres una mujer que disfrute de flores y bombones o prefieres
algo menos convencional? ¿Alguna película/libro favoritos (léase: Disney,
cuentos de hadas, ranas que se transforman...) que hayan influido en tu forma
de ver el amor y en lo que esperas de él? Y lo más importante de todo... ¿Lo has
encontrado ya? ¿Tiene hermanos? (jajajaja)
D.W. Lo
más importante para mí, en un hombre, es que me respete, porque con esta base,
el resto viene solo. No soy de bombones ni flores, si un hombre quiere
conquistarme, ha de venir con una play 4 bajo el brazo ja ja ja ja ja En un
hombre me gusta la honestidad y la confianza, y odio los celos, no los
soportaría.
No soy
fan de las películas románticas, me aburren (qué cosas, ¿no?), pero descubrí el
concepto de amor romántico gracias a las pelis de Disney (qué típica tópica soy
ja ja ja ja ja)
Llevo
casada 30 años, y voy sobreviviendo ja ja ja ja ja ja ja
L.R. Imaginamos que como
escritora de romance, en primer lugar y antes de decantarte por este género,
fuiste ávida lectora de autoras ya consagradas. Dinos ¿alguna autora o libro te
marcó de forma especial, haciéndote decidir escribir novela romántica y no
novela negra, fantástica o histórica (o cualquier otro género)? ¿Qué libro es
para ti, a día de hoy, tu principal referente (ese que no puedes parar de
leer)? ¿Hay algún género literario en especial que seas incapaz de leer o
rechaces de antemano? ¿Y en novela romántica, algún subgénero que digas
"esto no es para mí"?
D.W.
Pues la verdad es que yo empecé a escribir una historia romántica-erótica sin
saber que lo era... porque no leía este género. Yo era lectora de fantasía,
ciencia ficción y terror, y empecé Desde el amanecer porque me apetecía
escribir algo de vampiros... pero me liaron los muy **** y en lugar de ir por
ahí asesinado a sus víctimas, empezaron a provocarles orgasmos... Después,
cuando tenía esta novela a medio escribir, me «encontré» con Sherrilyn Kenyon
en un Carrefour y me dije: ¡La hostia, si esto es lo que yo estoy escribiendo!
¡Y pensaba que había descubierto la sopa de ajo!
Y hasta
aquí...
Mi autora
fetiche no escribe romántica... aunque utiliza muchas técnicas de esta. Se
llama Lois McMaster Bujold, y escribe ciencia ficción y fantasía heróica. Es
más, su última serie de fantasía, «El vínculo del cuchillo», fue muy criticada
en España porque tiene tantos componentes de la romántica (incluida una escena
de sexo), que solo llegaron a publicar el primer libro, titulado
«Encantamiento».
L. R. Centrémonos ahora en
tu trabajo de escritora, lo que a día de hoy es tu obra publicada. Sabemos que
últimamente has publicado TAPICES GRIEGOS y que eres autora autoeditada. Pero
antes de todo esto, antes de decidir publicar tu primer libro ¿hay algún
secreto oscuro en el pasado de D:W: Nichols? ¿Escribiste algún artículo para
alguna revista, alguna redacción ganadora en el colegio, un cuento... cualquier
cosa? ¿Nos hablarías un poco de ello?
D.W.
Los únicos secretos oscuros que tengo están a buen recaudo ja ja ja ja ja ja no, nunca me he presentado
a concursos literarios, ni he publicado nada en revistas... soy bastante
atípica en ese aspecto. Bueno, como escritora creo que soy atípica en todo.
L. R. ¿Cuál fue tu primera
novela y cómo surgió la idea? ¿Cuánto tardaste en terminarla? ¿Qué personaje
resultó más irreverente y te dio más dolores de cabeza? ¿Cuál es tu escena
preferida? ¿Recuerdas el momento en que la escribiste o fue producto de un
intervalo de "éxtasis de escritor"? ¿En qué momento decides compartir
esta con el mundo?
D.W. Me
matáis con las preguntas en batería ja ja ja ja ja ja
A ver,
¿mi primera novela terminada, o mi primera novela publicada? ¿Eh? Porque no es
lo mismo ja ja ja ja ja Mi primera novela terminada es una de fantasía heroica
y está en el cajón con mis oscuros secretos, ahí bien guardadita.
Mi
primera novela publicada fue la primera entrega de Desde el amanecer, y su
nacimiento fue un tanto extraño (como no podía ser de otra manera). Empezó
siendo un blog-diario. Después de muchos años sin haber escrito nada, descubrí
el mundo blogger y decidí utilizarlo. En aquella época saltó a la fama un bloguero,
creo que fue el primero al que le publicaron un libro, titulado Diario de una
mujer gorda, y cuando la gente se enteró que ni era mujer, ni era gorda, pilló
un cabreo del quince. Así que pensé que tenía que inventarme un personaje que
todo el mundo supiera que no era real (nunca me han gustado los engaños), y así
nació Akeru, mi vampirilla traviesa. Fue una época muy divertida, me metí mucho
en el papel, y tuve muchos seguidores, casi todos masculinos, que fíjate qué
cosas, a pesar del tono del blog, siempre fueron más que respetuosos conmigo. Y
fueron ellos precisamente los que me animaron a publicarlo como novela, así que
les tomé la palabra, le di un buen repaso (el formato blog es muy diferente al
de la novela), y la lancé al público.
L. R. Dentro de tu obra,
creemos que merece mención especial tu saga Desde el amanecer. ¿De qué
forma surgió la idea? ¿Qué personaje te marcó de forma más especial? ¿Cuál fue
el que más problema te supuso?
D.W. Bueno,
cómo nació lo acabo de contar el la anterior respuesta ja ja ja ja
Los
personajes que más me han marcado han sido precisamente el trío protagonista de
Desde el amanecer, Akeru, Kurayami y Hikarí. Y los que más problemas me han
causado, son aquellos cuyas novelas no han visto la luz porque se han quedado
en un intento.
L. R. Ya sabemos que están
pendientes la tercera entre de la saga DESDE EL AMANECER (la necesitamos
urgentemente) ¿ya tienes fecha aproximada de publicación o todavía es algo que
ves muy lejos? Mientras tanto... ¿hay alguna forma de con los vampiros?
(jajaja)
D.W. Pues
estoy con ella, y no tengo fecha porque la cosa va lenta ja ja ja ja. Quiero
hacer una novela digna para cerrar esta trilogía, y la historia es más
complicada que las anteriores, con nuevos personajes y bastantes flashbacks al
pasado, con una historia bastante oscura... No espero tenerla terminada antes
del próximo verano, así que debéis tener paciencia.
L. R. No podemos (ni
queremos) olvidarnos de una tus sagas publicados por tu Alter ego: Alaine
Scotth : Los cuentos eróticos de Kargul.
Cuéntanos, como surgió en sus orígenes la idea de esta serie. Y ahora,
entre nosotras, dinos: ¿de todos ellos, cuál es tu favorito y por qué? ¿Qué es
lo que más te costó escribir y lo que más disfrutaste? ¿De dónde sacas tus
ideas para esas escenas de alto contenido erótico? ¿Te resulta difícil
escribirlas?
D.W. La
idea surgió de reunir dos géneros que me encantan: la fantasía y la romántica.
En Estados Unidos hay muchas autoras que trabajan con este tipo de historias,
pero en España no las hay, así que me decidí porque pensé que iba a llenar un
hueco que estaba vacío, además de pasármelo bomba.
Mi
novela preferida de esta serie es la última, «El espía encadenado»; y cuando
escriba la siguiente, se convertirá en la favorita ja ja ja ja.
Disfruté
muchísimo imaginándome un mundo hecho con retazos de este, pero totalmente
nuevo. Poder crear algo desde su base, es una experiencia que recomiendo a
cualquier escritor. Lo que más me costó, fue perfilar el personaje de Rura para
hacerlo creíble y conseguir que, después de haber sido la mala malísima en la
primera novela, fuese una protagonista digna de «La princesa sometida»; lograr
que el odio que las lectoras sentían por ella, se convirtiera en comprensión y
perdón, fue el mayor reto al que me he enfrentado nunca como escritora.
En
cuanto las escenas eróticas... tengo una mente muy pervertida y sádica, así que
no, no me costó ja ja ja ja ja Miento, la verdad es que sí, me cuesta
escribirlas y las repaso mil y una veces hasta que quedan a mi gusto, con la
suficiente carga erótica para subir la temperatura, pero sin ser cansina.
L.R. Hemos pasado de
vampiros a cuentos eróticos, y volvemos a tocar la zona paranormal que tanto
disfrutamos contigo… Por lo que hemos leído de ti disfrutas de una parte gótica
en tus escritos, cambiantes, vampiros, brujas con sacrificios y un erotismo muy
bien llevado. Si tuvieses que elegir alguna de estos seres y convertirte en uno
de ellos ¿Cuál sería el elegido y por qué?
D.W. Vampiro,
sin dudarlo ni un instante. Siempre me han fascinado, no sé por qué, la carga
erótica que tienen y también ese componente trágico... Aunque si yo me
convirtiera en uno, desde luego, de trágica no tendría nada ja ja ja ja
L. R. Llegamos a una obra
totalmente distinta a lo que siempre hemos tenido de ti LA VIUDA ALEGRE, Un
gran libro que ya está entre nuestros favoritos. Has mostrado que tienes una
gran versatilidad, pero ¿qué fue lo que te motivó a escribir un libro de este
género?
D.W. Fue
Feli Ramos Cerezo, ella me motivó, algo que nunca le agradeceré lo suficiente.
Fue durante una conversación que tuvimos en una presentación de Lucinda Gray en
Barcelona. A las dos nos encanta leer regencia, y ambas coincidimos en la
dificultad que tiene este género. Yo confesé que no me veía capaz, ella me dijo
que estaba tonta, me lo creí, y mi mente empezó a barruntar sobre ello. Lo que
tenía claro era que no quería hacer la típica historia, ni con los típicos
protagonistas, y Harriet comenzó a perfilarse como una candidata ideal a
convertirse en la protagonista, como así fue.
L. R. Una de las cosas que nos sorprendió de este libro, es el largo trabajo de
documentación que tiene detrás. ¿Resultó muy difícil realizar el trabajo de
investigación para este libro específico? ¿Está basado de alguna manera el
mundo que surgió, de los datos que encontraste o fue el proceso inverso,
primero creaste el mundo y luego investigaste lo que te faltaba?
D.W. Fue
el proceso inverso. Yo ya había leído mucha romántica de regencia de grandes
autoras (Kleypas, Balogh, Lindsay, Foley, Quinn, Kinsale, Chase...), así que de
alguna manera, las «formas» ya las tenía. Así que conforme iba escribiendo,
buscaba todos los datos que iba necesitando para no meter la pata. Muchas veces
me pasó que, al llegar a una escena, tenía que interrumpirme y me pasaba las
siguientes dos, tres o cuatro horas, buscando datos, sobre todo en webs
inglesas especializadas. Leí más sobre las Guerras Napoleónicas en esos meses,
que durante el resto de mi vida ja ja ja ja y lo mejor es que en la novela casi
ni hablo de ello, pero era necesario para perfilar bien a dos de los
secundarios, David y al conde Potenza.
L. R. ¿Sueles poner cara a
tus personajes? ¿Actores o personas con las que te cruzas un día, que conoces...
o todo nace de tu imaginación? ¿Cómo y de dónde salen estos hombres y mujeres
que nos atrapan con sus vidas?
No
suelo fijarme en rostros famosos para los personajes. De hecho, solo me ha
pasado con una, Kisha, la protagonista de la primera entrega de Cuentos
eróticos de Kargul. Era Daenerys Targayen, de pies a cabeza. El resto, los
busco cuando ya he terminado la novela, para los carteles de promo... o no. De
La viuda alegre, ningún personaje está asociado a la cara de un famoso/a; y de
El espía encadenado, tampoco. Creo que es mejor que cada lectora se los imagine
como le venga en gana.
L. R. Para las que no lo
sepáis D.W. Nichols dirige la revista LA CUNA DE EROS. Háblanos de este
proyecto. ¿Cómo surge? ¿ha sido difícil conjugar a la autora con la editora?
D.W. La
revista nació con una idea, y es la de dar un espacio para todas aquellas
autoras de romántica (y autores) que están empezando, o que son autopublicados.
Cuando nació La cuna de Eros sólo había dos revistas de romántica, y ninguna de
ellas daba cabida a autoras que no fuesen conocidas, o que no tuviesen una
editorial detrás. Ahora ya no es así en
gran medida, y hay más revistas dedicadas a la romántica, pero nosotras
seguimos fieles a nuestra idea original.
No es
difícil compaginar las dos cosas, sobre todo porque todas las blogueras que han ido formando
parte de la revista han sido buenísimas compañeras, y la forma en la que
funcionamos es dando mucha libertad. Nadie impone nada a nadie, y nos
repartimos el trabajo de forma equitativa y dependiendo de nuestras otras
obligaciones, intentamos abarcar más o menos.
L. R. Y ya para terminar (la
entrevista ha sido larga, pero la curiosidad nos puede). Eres una de las
cabezas del grupo LCDE. ¿Cómo nace este proyecto? ¿Podrías hablarnos un poco
más de él?
D.W. LCDE
nace de la necesidad de gritar (sí, gritar) a todo el mundo que «autoedición»
no es sinónimo de mala calidad. Que hay escritores que prefieren ir por libre,
pero que su trabajo es casi impecable (no lo es del todo porque la perfección
no existe ja ja ja ja). Tenemos muchas metas, algunas ya las hemos ido
consiguiendo, otras están en marcha, otras estamos planificando cómo llegar a
ellas, pero lo que sí te aseguro, es que tenemos mucha ilusión en este
proyecto, aunque ya no estemos todas las que lo empezamos.
Todo
empezó con una idea abstracta que tuvimos Helen C. Rogue y yo, queríamos hacer
algo porque estábamos disconformes con el mundo editorial y su forma de
trabajar, y pensamos en qué manera podíamos abrir otro camino para todas
aquellas que pensaran como nosotras. La idea abstracta fue tomando forma, y así
nació LCDE, una asociación sin ánimo de lucro que lucha por la dignidad en la
autoedición.
L.R.: Te dejamos un momento
con nuestras chicas por si quieres decirnos algo más, no sin antes agradecerte
la enorrrme paciencia que has tenido con nosotras, y advertirte que estas en
nuestra mira.. queremos la tercera parte de los vampiros y acampamos afuera de
tu casa.
Gracias a todas vosotras por
habernos acompañado una vez más en nuestra entrevista, nuevamente agradecemos a
D.W. Nichols por habernos dado de su tiempo.
D.W.
Muchísimas gracias a vosotras, me lo he pasado muy bien con la entrevista, ¡ha
sido divertido! Ja ja ja ja ja Creo que nunca me habían hecho una tan larga y
completa. Ha sido un honor.
No os
preocupéis, mis vampiros están en marcha, y después vendrá la siguiente de la
Manada de Midtown. Prometo que no voy a ponerme a escribir nada más hasta que
las haya terminado.
Mi
mensaje para todas aquellas que han llegado hasta aquí, es que lean autores
autoeditados, que nos den una oportunidad porque vale la pena, ¡y si llevan el
sello de LCDE, más aún!. Descubrirán argumentos y temáticas que les
sorprenderán.
Un beso
muy grande a todas. Os ailofiu very mucho.
Un abrazo de parte de Locas
del Romance y ¡Hasta pronto! ¡Feliz
lectura!
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