Reseña: 73. Una vida de perros -Estefania Salyers

Si el amor de tu vida se casa con otra, no te preocupes, tienes tres remedios para superarlo: tu mejor amiga, la Gran Manzana y un perro faldero.

Hay ciudades a las que hay que ir y ciudades a las que tienes que huir. Ciudades que te ayudan a olvidar, y otras que te ayudan a sanar. Ciudades que te recuerdan quién eres, y otras que te descubren quién quieres ser. Lucía hará un viaje de ida y vuelta hacia ella misma en su próximo destino: Nueva York, la ciudad que nunca duerme.

La mañana en que recibe la invitación a la boda de Alberto, el amor de su vida, Lucía desea con todas sus fuerzas despertar de esa pesadilla. Pero la boda es real y, queriendo escapar del dolor y las dudas, Lucía cruza el charco y se traslada a casa de su amiga Olga, en Nueva York. Allí hará más amistades, vivirá excitantes romances, sufrirá otras traiciones y volverá a meter la pata en múltiples ocasiones. Pero sobre todo dejará que lo más inesperado suceda. Porque ¿quién le iba a decir que un perro sería el verdadero comienzo de su nueva vida?

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LUCÍA Y SU SÉQUITO PERRUNO:

Duque (gran danés)
Él piensa: Si yo corro, tú más.
Lucía dice: Elegancia y estilo para perseguir hasta al último pájaro de Central Park. Responsable de la mejor operación bikini de mi vida.

Tupper (west highland white terrier)
Él piensa: Soy adoptado. Me tiraron al cubo a la basura en Navidad y ese fue mi mejor regalo. Ahora soy rico.
Lucía dice: Me recuerda tanto a mi primer perro que este cachorro es una máquina del tiempo.

Mr. Fawn (bulldog francés)
Él piensa: Soy francés, pero no he estado en París. Aunque soy ciego de un ojo, veo que Nueva York no tiene nada que envidiarle .
Lucía dice: Dicen que el amor es ciego. Este pequeño es la prueba.

Taco (chihuahua)
Él piensa: Lo bueno va en frasco pequeño.
Lucía dice: Taco hace honor a su nombre, mexicano y con carácter. Ya se podía llamar Tequila.

Lucas (caniche miniatura rojo)
Él piensa: Manhattan es mi territorio. Soy un perro con suerte.
Lucía dice: Es tan guapo como el dueño. Y tan huidizo como yo.

Y como estrella invitada...

Karma (gato común europeo gris)
Él piensa: Tengo una misión importante: hacer lo que me dé la gana.
Lucía dice: Las penas se quitan con un ronroneo.

Mis adorad@s Loc@s del Romance. Perdón por no salir a recibiros como os lo merecéis, pero ando pachucha y un poco baja de ánimos, así que creo que el día de hoy solo os pido que me deis un achuchón y disfrutemos de un café y de los peludos que tengamos a nuestro alrededor, la mejor terapia para cualquier mal mayor.

El día de hoy os traigo una curiosidad que me ha conquistado. Para quien me conozca sabe que me encantan los animales, que soy mami de cuatro bestias peludas y que todo lo referente a ladridos y orejas peludas me vuelve loca, por lo tanto cuando vi UNA VIDA DE PERROS de Estefania Selyers (aunque no la había escuchado nunca) sabía que tenía que leerlo sí o sí.

Lo cierto es que esta obra, inicialmente pensaba que sería algo así como una comedia o bien algo chick lit, lo cierto es que no es ni una cosa ni la otra, estamos hablando de una obra que encierra muchas cosas, que no es romántica, pero que contiene un poco de romance, gotas de humor, pellizco de drama y mucha humanidad en cada página.

Debo admitir que lo comencé a leer y me costaba mucho poder centrarme, pero esto más que a la obra, creo que es por el estado de ánimo en que me he encontrado últimamente y la falta de sueño que no me dejaba concentrar, porque una vez pude despejarme un poco es que me bebí entera la obra, así que no podría ser justa con el inicio de esta belleza, sabiendo que soy yo la que estaba teniendo los problemas.

Ahora sí, hablemos de lo que nos vamos a encontrar. Podría pasarme hablando de Lucía y su forma de hablar a los perros, de la pena que tiene o la vida que ha llevado y que no la ha dejado del todo satisfecha, incluso podría mencionar la amistad tan entrañable que tiene con sus dos amigas, pero.. creo que esta obra a pesar de tener a una protagonista indiscutible, nos habla

de algo mucho más profundo y que nos cuesta tanto.

Los cambios a nadie nos gustan, de hecho son una severa molestia aunque puedan ser positivos, la zona de confort es esa en la que nos sentimos cómodos y que si se altera..., arriesgarse da pavor. Esa es parte de la esencia de esta historia y la lección que encierra. Me ha encantado descubrir con Lucia Nueva York, pasear de la mano con ella de un modo distinto a lo de siempre y me ha cautivado disfrutar y amar las historias de su compañeros perrunos de esta aventura.

Una chica que habla con los perros y que pasea a estos amigos caninos porque sus dueños simplemente no pueden. Se podría decir que no tiene chiste, pero es la esencia de sus peludos los que nos cambian la visión de la vida. Es a través de su aventura con estos cuadrupedos en los que veremos pequeños aprendizajes como es, el vivir el día a día. 

Entre ladridos, personalidades extravagantes, Nueva York, y personajes variopintos vamos a disfrutar de una obra deliciosa en donde la amistad se pone a prueba de mil maneras, el autoconocimientos va tomando relevancia aunque sea a base de lágrimas y el amor sabe esperar. Una vida de perros francamente me ha dejado con una sonrisa en la boca sabiendo que seguramente lo voy a releer en un futuro.

Estefania Salyers ha sido un descubrimiento afortunado, su narrativa me ha gustado y estoy segura que voy a leer más de esta pluma. ¡Feliz lectura!