Sadie Quill está tomando fotos de la fauna salvaje de los bosques de
Maine, cuando su objetivo se topa con un espléndido ejemplar de hombre,
completamente desnudo. Se trata de Morgan MacKeage, un guerrero medieval
que ha viajado a nuestra época, un guerrero con la fuerza de la
naturaleza salvaje bombeando en sus venas y el poder de liberar el
corazón maltrecho de Sadie.
Había decidido traeros el día de mañana esta reseña, para poder digerirla como tiene que ser, pero después me dije. ¡Qué diablos!
Buenas noches. Como ya se habrán dado cuenta traigo una obra que como siempre me ha dejado enamorada. Este es el segundo número de una saga muy intensa y emocionante de viajeros en el tiempo, unos escoceses que nos van a conquistar con esa bravura en un siglo que no está preparado para ellos.
El primer libro del que ya también hicimos su reseña hace un tiempo es El hechizo de Grey, donde conoceremos a todos los implicados que se vieron atrapados en una tormenta que los traería de muchos siglos atrás, sino a un país que ni siquiera es el suyo propio.
Esta vez conoceremos al mas antisocial, el hermano de Grey precisamente. Morgán es un hombre que prefiere mantener la vida salvaje y natural de los hombres de su época, así que hace todo lo posible por mantenerse en el bosque a diferencia de los demás.
¿Que puedo decir de este hombre además de que nos va a robar el corazón? Que es un bruto, un hombre de aquella época donde el honor lo es todo. Un hombre al que no le gustan las leyes actuales y que cuando dice esto es mío no hay quien le quite la pera. Un dios en sí mismo por su belleza por dentro y por fuera, un macho alfa que dará todo por esa compañera cuando la encuentra. Pero eso sí, el quiere a una mujer fuerte, alta y sobre todo que sea un reto verdadero.
El destino pone a Sadi o Mercedes como le dicen en esta historia, siendo obviamente esa compañera. Una mujer magnifica que disfruta de vivir en la naturaleza, que es rastreadora, naturista, con un apasionante deseo de aventura, pero también de ser amada. Carga con ella un recuerdo y las marcas del mismo en su propia piel y la hacen vulnerable a cuanto hombre se le acerca, al que de inmediato trata de alejar. Claro que cuando el destino se empeña en unir a dos fuerzas contrarias saltaran chispas y electricidad magnética.
Este libro me ha encantado, porque a pesar de que ya sabemos todo lo que acarrean estos Highlanders, sus creencias, sus costumbres, nos trae una historia contemporánea muy completa, con una historia de amor que va mas allá de un plano físico.
Morgán intentará por todos los medios demostrarle a Sadie que es la mujer no sólo ideal para él, sino que además es perfecta tal cual es, mientras intenta convencerla de que no se debe abrir un parque natural en esas tierras. Y Sadie intentará demostrarle a Morgan que un hombre salvaje también puede civilizarse, y aceptar que una mujer también puede tomar decisiones inteligentes, y que no es necesariamente malo tener un parque en esos bellos páramos.
Todo esto acompañado de grandes pizcas de humor, sensuales y brillantes encuentros, una búsqueda de una mina de oro, un extraño lobo, un francotirador que está dispuesto a todo por conseguir lo que quiere, energías moviéndose en rededor de esa pareja y ¿cómo no? EL PADRE DAAL haciendo de las suyas, creando situación demasiado cómicas y misteriosas que nos harán disfrutar de este libro desde el inicio hasta el final.
Janet Champman ya me había cautivado con el primero de esta serie, pero con este muevo libro me ha terminado de conquistar. Su pluma es muy sencilla, amena, ágil y creativa que te regalara una historia que valdrá la pena, dejándote con ganas de más, porque por supuesto, tenemos a más hombretones gigantes que necesitan contar su historia.
Por mi parte yo sólo puedo deciros que he disfrutado como enana, y que estoy ansiosa por leer el siguiente que viene.
¿Recomendable? Totalmente.
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