Segunda entrega de la trilogía Desde el amanecer.
La Catedral del Dolor ha sido saqueada y se han llevado los restos de cuatro Asesinos.
Hikarí y Ekaterina han desaparecido y nadie sabe de ellos.
Akeru tiene pesadillas recurrentes que la aterrorizan.
Un antiguo poder maléfico ha sido liberado y quiere la destrucción de Kurayami.
¿Algo más podría salir mal?
Hoy vengo de un mundo de tinieblas rodeado de sensualidad y erotismo. Al parecer me estoy adelantando a Halloween pues no han parado de caer en mis manos, estos seres oscuros que me piden que los lea mientras drenan mi sangre y mi cerebro llevándome al éxtasis mas sublime.
Y es que hablar de una obra como es DESDE EL AMANECER a manos de D. W. Nichols, es hablar de sensualidad, dulzura, alma, corazón y sangre. Para todas aquellas que aún no saben de que hablo les sugiero leer la reseña de la primera parte que lleva el mismo nombre. De hecho ya que estamos os recomiendo leerlo.
Para las seguidoras de esta trilogía y que estamos enamoradas de estos tres personajes, puedo decirles que no las va a decepcionar. Fue muy fácil recordar todos los personajes de este libro, a pesar que ya había pasado un tiempo después de haber leído el primero, y tengo que confesar que me volví a enamorar como la primera vez.
Encontrarse con estos tres protagonistas, con su pasión, con ese gran amor que pueden transmitir. Kurayami sigue siendo ese hombre enigmático, por momentos taciturno que lleva un peso terrible en su alma. Aún así esta vez desprende una luz más grande y eso es por que por fin esta siendo amado sin condiciones. Me encanta ver esta evolución en el, dejó de ser aquel hombre taciturno para ser mas fuerte, a pesar que la adversidad sigue ensañándose con el y con los que ama.
Por su parte tenemos a Akeru que en partes de su historia nos hablara a través de su diario (Si hay capítulos que son en primera persona, pero no me quejo porque empalizas a la primera con esta vampira). Esta mujer que en el primer libro nos cuenta su vida hasta su transformación y sus vivencias sigue sin perder su brillo, su picardía. Hay momentos en que me hace reír mucho y por otros que transfiere tan palpable su angustia, que es como si viviéramos a través de ella todo lo que está pasando. Te conviertes en su amiga, su compañera de fatigas y por supuesto por momentos le tenemos una envidia terrible.
Una mujer voluptuosa, sensual, con mal genio cuando se lo propone, pero ante todo, guardando su humanidad a pesar de haberla perdido, necesitando soñar y cumplir sueños, pero sobre todo amando con toda su alma, si es que aún la conserva.
Hikari, en lo personal yo a este personaje le tengo un cariño especial, me siento profundamente enamorada de él. Y a pesar que esta vez está mas ausente, sus apariciones nos dejan la muestra de su dulzura, la candidez de su corazón, su inalterable fe y bondad, su humanidad y el amor que sigue ahí presente por los otros dos compañeros que ha tenido.
Odie por momentos las partes más oscuras de este libro, y es que, ahí donde lo vemos, esta segunda parte mantiene la sensualidad y voluptuosidad que había tenido al primera parte, pero, añadimos partes dolorosas, un infierno que tienen que pasar nuestros protagonistas para poder demostrar que aún dentro de la noche más tenebrosa los rayos del amanecer pueden dar esperanza.
D. W. Nichols ha mantenido una parte que adoro de los vampiros, estos señores dueños del mundo de la noche, amos de la sensualidad y el erotismo, y les ha otorgado corazón.
Para las que aún no conocen esta obra les recomiendo por supuesto leerlo desde el primero. Esta vez nos encontramos con dos formas narrativas que nos van a encantar, con una historia madura desde el inicio hasta el final, desbordando dulzura y entrega.
Yo por mi parte solo suplico que salga ya la tercera parte de esta trilogía, porque definitivamente necesito saber más de estos tres personajes.
¿Lo recomiendo? pues claro. ¿Qué esperan a leerlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu opinión. ¡Sigue disfrutando de la lectura!